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Punta del Este Premium

Diario La Nación -Domingo 20 de noviembre de 2011

Por Jose Totah | Para LA NACION

A pesar de las crisis, más allá de los negocios inmobiliarios que transforman su paisaje y de la llegada de turistas, el Este no pierde su encanto ni su eterno perfil chic.

Cuando un destino ya es súper top, ¿cómo hace para superarse y ser siempre un poquito más top cada verano? De un modo que a veces resulta inexplicable, Punta del Este lo logra año a año, como si compitiera contra sí misma, con precios que se ajustan como un reloj a cada temporada, con nuevos emprendimientos millonarios más chacras de mar, torres magníficas que se elevan al cielo, condominios -no existe producto inmobiliario que no tenga su expresión aquí- y hoteles de superlujo que ponen su dedo, y sus estrellas, en este rincón del planeta.

Lo más curioso sigue siendo que pese a las crisis periódicas, las devaluaciones, la inflación, los controles del dólar (ver recuadro) y toda clase de nubarrón económico o político en el horizonte, Punta del Este se las ingenia para funcionar a capacidad completa durante las Fiestas y la primera quincena de enero. Alcanza con decir que a fines de octubre ya estaba casi todo José Ignacio alquilado, ni hablar de los hoteles más exclusivos, en los que se matan de risa si uno llama hoy para hacer una reserva de fin de año.

Radiopasillo, desde Gorlero

Una de las mejores formas de enterarse cómo viene la temporada en Punta es tomarse un cortadito en vaso en Il Greco, tradicional bar sobre Gorlero por el que desfila le tout Punta del Este. Una vez ahí hay que conversar con Rubén Arroyal, alias Rubito, encargado del boliche. Trabaja ahí hace 25 años y si él dice que va a llover, más vale buscar un paraguas porque se larga. «Va a ser un buen verano, los alquileres subieron un 10% -cifra corroborada con varias inmobiliarias-. Y hay muchos brasileños; se están comprando todo», se pronunció el oráculo esta vez.

Punta del Este parece hoy más que nunca una suerte de producto aspiracional, como una joya o un auto caro que nunca pasan de moda. Algo con lo que se fantasea durante todo el año y se consigue sólo por una quincena. Hay que estar ahí, como sea. «Es la consolidación de lo premium», afirma Juan Irala y Hernández, de la inmobiliaria Terramar, que también coincide con Rubito acerca del afán inversor de nuestros vecinos verde amarelos.

«El año último los brasileños cruzaron por primera vez el puente de La Barra y se asomaron a José Ignacio. Este verano llegaron para quedarse», asegura. Comprobarlo es muy sencillo; alcanza con almorzar en La Huella, el exclusivo parador sobre la playa al que acude todo famoso que se precie de serlo, y parar la oreja: de diez diálogos, ocho son en portugués. Los dos restantes posiblemente sean en francés o inglés.

Esta suerte de internacionalización (los inversores ya son de todas las banderas) está elevando no sólo el estándar de los nuevos desarrollos inmobiliarios desde las chacras de mar en Garzón hasta las torres sobre La Mansa, sino también la calidad de los servicios que se brindan a los visitantes, lo cual también presiona los precios al alza. En este contexto, con valores casi en euros, pensar en pesos argentinos es como querer pagar con los billetes del Monopoly.

Enumerar los nuevos proyectos de Real Estate para esta temporada demandaría demasiadas páginas. Lo más importante es entender cuáles son las zonas más calientes del momento y quiénes son los inversores. En este sentido, se podría hablar de una garzonización o rochización de las inversiones (refiriéndonos a la zona de Garzón y al departamento de Rocha).

Los expertos en la materia coinciden en que las tierras de los alrededores de José Ignacio siguen siendo codiciadas (se erigen allí flamantes complejos de chacras de mar, como Los Olivos y Las Lunas), pero destacan que las miradas se están posando un poco más arriba, más allá de la balsa que cruza al departamento de Rocha. «Pueblo Garzón es la Toscana uruguaya y vedette absoluta de 2012», jura Nana Lavagna, de la inmobiliaria homónima.

En esta zona, la empresa Agroland, de la familia Bulgheroni, comenzó a sembrar olivas y viñedos hace unos años (¡también se hizo una cancha de golf propia de 21 hoyos!) y hoy tiene la fábrica de aceite de oliva Lomas de Garzón. Este mismo nombre se utilizará para un nuevo desarrollo de chacras que saldrá a la venta el año próximo.

Otra de las estrellas, siempre en el ámbito de Rocha, es El Caracol. «Muchos inversores están haciendo consultas sobre este lugar; claramente es lo que se viene», avisa Florencia Sader, de la tradicional inmobiliaria Sader.

Una mención aparte merece el proyecto Las Cárcavas, también en Garzón, en el que está involucrada la desarrolladora de Eduardo Constantini (hijo), Costa Partners. Se trata de un emprendimiento de veinte chacras de 1,5 hectáreas cada una, con un enfoque ecológico, sustentable y muy new age, ya que el complejo va a tener un centro comunitario de yoga y meditación. El arquitecto es ni más ni menos que Isay Weinfeld, el mismo que construyó el complejo Las Piedras Villas & Hotel Fasano.

El hecho de que las fichas inversoras estén fijas en Rocha se debe a que ya no queda demasiada tierra por comprar en José Ignacio. «En 2010 se compró todo lo que era lotes sobre el mar, haciendo trepar esas parcelas a 5000 dólares el metro cuadrado», precisa Irala y Hernández. Esos mismos terrenos, hace cinco años, costaban 10 veces menos.

Torres, hoteles y algo más

En materia de alquileres, Sabás Pereira, de la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (Adipe), comenta que los contratos se cerraron con mayor antelación que la temporada pasada y que, como es usual, son los segmentos más altos los que más se apuraron en alquilar.

También es cierto que son tantas las nuevas torres que se inauguraron en los últimos años -el metro cuadrado de estos edificios premium cuesta US$ 3472-, tanto en La Brava como en La Mansa, en la avenida Roosevelt o en la Península, que se está perdiendo aquella costumbre de viajar en octubre para señar la propiedad que se iba a ocupar durante el verano. Es decir, la oferta de departamentos es enorme y ya no vale la pena reservar con anticipación.

Zona de obras

En este sentido, las nuevas torres, que involucran a arquitectos de la talla de Carlos Ott, se están levantando en la zona de la avenida Chiverta (la ambiciosa Art Tower, con una inversión de 40 millones y un helipuerto propio); en la parada 2 de La Brava (Torre Onix); en la parada 7 (Edificio Moon Punta); en la zona de Pedragosa Sierra y avenida Roosevelt (Fly, Gala Vista, Lux Tower), y en la Península (Gala Puerto). En verdad, el listado es interminable, pero se puede destacar un fenómeno que se viene acentuando en los últimos años. «El 17% de los inversores son de Rosario y Córdoba», revela Nana Lavagna. Incluso muchos de estos edificios salen a la venta en esas ciudades antes que en Buenos Aires.

En materia hotelera, los dos referentes tradicionales del balneario, el Conrad y el Mantra (ambos con tarifas que arrancan en los US$ 600 la noche), avizoran una temporada a todo trapo. Edgar Feredjian, director de hotel del Conrad, detalla que para enero ya tienen cubierto cerca del 70% del establecimiento, mientras que Marcelo Chiappino, gerente general del Mantra, advierte que no queda ni una sola habitación para fin de año. «Como siempre, los brasileños son mayoría», añade.

Ante la consulta de La Nacion, tanto los hoteles de Vik (la estancia y su coqueta sede playera) como Las Piedras & Fasano contaron que están al tope para los últimos días de diciembre y la primera quincena de enero. En cuanto al anunciado hotel The Setai de José Ignacio, donde se vendieron lotes frente al mar de 1080 metros cuadrados por US$ 5 millones, todavía es una incógnita cuándo se va a inaugurar, pero en el mercado se rumorea que el proyecto se dispararía una vez que aparezcan nuevos inversores.

Una gran novedad del año ha sido la venta del viejo hotel San Rafael, que venía en franca decadencia. Un grupo argentino y norteamericano pagó US$ 30 millones en octubre último, según informó el diario El País, y suena muy fuerte la versión de que una cadena hotelera cinco estrellas planea gestionar el establecimiento y sacarlo a flote nuevamente.

Va a venir

En Punta del Este se están gestando distintos polos (gastronómicos, hoteleros) y una planificación bastante ordenada de lo que el balneario quiere ser. Por ejemplo, la zona de Pedragosa Sierra se ha configurado como un imán de restaurantes de primer nivel, como La Bourgogne, La Table de Jean Paul, L’Incanto, Life Bistró, Bluefish y el asador Don Polidoro. También este lugar se posiciona como futuro polo de galerías y hoteles de diseño, un rubro que inauguró el AWA Hotel hace muchos años.

Además se está poniendo en valor un camino que durante muchos años parecía relegado, que une el puente de La Barra con El Jagüel y Maldonado: la avenida Aparicio Saravia. En esta vía se planea construir un gigantesco centro de convenciones y una nueva sede de la Universidad de la República, que atraerá a más jóvenes de pueblos y ciudades vecinas.

En esta Punta del Este que se viene hay que remarcar también la idea de construir un puerto en la zona de Piedras del Chileno, en la parada 46 de La Mansa, un proyecto del que se habla hace casi diez años y que siempre resurge cuando llega el verano.

Porque, cuando se acerca la temporada, todos los proyectos vuelven a renacer en el Este. Y, como dijimos, no importa cuánto cueste veranear allí. Son sólo quince días al año para sentirse parte y ser feliz.

LO DEL DOLAR ESTA UN POCO VERDE

La medida del gobierno argentino de aplicar controles al mercado cambiario provocó inquietud en el sector de propiedades de Punta del Este. El presidente de la Asociación de Inmobiliarias local (Adipe), Sabás Pereira, expresó: «Estamos preocupados, pero también tratando de buscar soluciones. Nos preguntamos si tenemos que volver a alquilar en pesos argentinos o pesos uruguayos, o si les cambiamos los dólares nosotros cuando los turistas lleguen al balneario. Es una nueva variable que sin duda distorsiona el mercado».

El hecho es que, tradicionalmente, los alquileres en Punta se pagan con billetes verdes y nadie, ni locadores ni locatarios, tiene la intención de pesificar los valores y perder con la conversión. «Los argentinos que siempre vinieron con dólares ahora no van a poder y van a caer con pesos; es una situación nueva para nosotros», describió un empleado de una conocida casa de cambio sobre Gorlero.

Hasta el propio José Mujica, presidente de Uruguay, se refirió al tema, pero en tono optimista, en una charla que dio la semana última en la Universidad de Lanús. «Siempre hay miedo de todo: les tenemos miedo a las cenizas, miedo a los bancos. Pero la gente se va a bañar igual. Les gusta el ruido del Este. Tenemos que confiar», respondió cuando le preguntaron sobre el impacto del control del dólar sobre el turismo.

A Edgar Feredjian, director del hotel Conrad, tampoco parece preocuparle el asunto. «Muchos vaticinan que va a haber problemas, pero por el volumen de reservas y los negocios que manejamos para los próximos meses, no veo ninguna diferencia con respecto a otras temporadas», sostuvo.

Residencias de Mar, Laguna Blanca, Punta del Este, Uruguay.

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